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La renta básica en la agenda: objetivos y posibilidades
del ingreso ciudadano
Robert Van Der Veen, Loek Groot y Rubén Lo Vuolo
(Editores)
Miño y Dávila/CIEPP/Red Renta Básica Buenos Aires,
2002
El libro compila una serie de artículos de autores europeos
y latinoamericanos que exploran, en comparación con otras políticas
públicas, las potencialidades de una "renta básica" (ingreso ciudadano),
incondicional, no sujeta a test de recursos o a contraprestación alguna,
ante los desafíos impuestos por la llamada "nueva cuestión social". El
texto se divide en dos partes, la primera de ellas está dedicada a la
discusión más teórica y general, mientras la segunda avanza en el análisis
de las experiencias particulares y el estado del debate en algunos países
específicos.
Como introducción al tema y a partir de la pregunta
¿cuán atractivo resulta el ingreso básico para los Estados de Bienestar
europeos?, Loek Groot y Robert van der Veen resumen los argumentos a favor
y en contra en el debate europeo actual sobre el ingreso ciudadano,
comparándolo con otros tipos ideales de seguridad social básica y
políticas para el mercado laboral. Desde una perspectiva netamente
europea, reseñan el avance de la propuesta en la agenda de política de los
países de la región, abordando incluso la idea de un "euro-dividendo" como
clave para una Europa Social.
La discusión teórica avanza en los
artículos siguientes sobre los objetivos de política. Paul de Beer explora
las posibilidades del ingreso ciudadano como política superadora en las
acciones contra la pobreza y el desempleo, a partir de las experiencias en
Europa y los Estado Unidos de América. Así, se interroga si el ingreso
básico puede ser acaso la espada de doble filo que se está buscando, en el
sentido de un instrumento que reduce al mismo tiempo el desempleo y la
pobreza, y es sostenible en el tiempo.
En la misma línea
comparativa del ingreso ciudadano y otras políticas ya existentes,
Philippe Van Parijs, Lawrence Jacquet y Claudio Salinas desarrollan un
análisis teórico del impacto en términos de trampa del desempleo de un
ingreso básico parcial en oposición a dos tipos de políticas: la reducción
de aportes a la seguridad social, y el Earned Income Tax Credit (EITC),
principal programa federal de transferencias en los Estados Unidos.
Deteniéndose en particular en la propuesta de un ingreso básico parcial,
analizan adicionalmente su impacto para distintos grupos
poblacionales.
Desde un enfoque teórico y fundamentalmente
normativo, Frank Vandenbroucke y Tom Van Puyenbroeck discuten la
evaluación que los gobiernos deberían hacer para optar entre varios
instrumentos de política. Desde su perspectiva, las concepciones de
justicia distributiva implícitas en ellos son fundamentales y en este
sentido evalúan la influencia de diferentes puntos de vista normativos en
la elección de políticas. Bajo la premisa de la necesidad de un Estado de
Bienestar activo, igualitario y responsable, discuten la pertinencia de un
ingreso básico y la posibilidad de determinar una combinación óptima de
instrumentos.
Al cerrar esta primera parte de objetivos de
política, Joachim Mitschke se adentra en un caso nacional específico para
reseñar argumentos a favor y en contra de la implementación de un impuesto
negativo a los ingresos en Alemania. Partiendo del diagnóstico sobre el
mercado de empleo y las políticas sociales en ese país, describe el plan
Bürgergeld, una propuesta de reforma a la seguridad social basada sobre
una transferencia monetaria básica.
Pasando a un ámbito más
regional, Fritz Scharpf reflexiona sobre el ingreso básico y la Europa
social. Con una visión por cierto crítica de la propuesta, analiza las
dificultades para su implementación nacional en un espacio regionalmente
integrado. Este artículo es respondido por el siguiente a cargo de
Philippe Van Parijs, quien propicia en cambio la viabilidad política de
asumir, en el extremo, al ingreso básico como un euro-dividendo. La
segunda parte del libro explora las posibilidades políticas de la
propuesta del ingreso ciudadano y otras emparentadas. Para comenzar, Loek
Groot y Robert van der Veen reseñan la evolución y el estado del debate en
los Países Bajos. En este proceso identifican diferentes estrategias que
han permitido incorporar la idea del ingreso básico en la agenda política,
analizando las ventajas y desventajas de cada una de
ellas.
Jan-Otto Andersson, por su parte, hace lo propio para el
caso de Suecia y Finlandia, describiendo no sólo el debate intelectual
sino además las actitudes de los partidos políticos frente al tema. Su
objetivo es tratar de entender por qué esta propuesta interesó de manera
importante a los fineses, pero no así a los suecos.
Sean Healy y
Bridig Reynolds tienen a su cargo la reseña de lo sucedido en el caso de
Irlanda. Concluyen que allí, los créditos impositivos reembolsables
cuentan con mayores chances de entrar en la agenda y que éste puede ser un
camino para facilitar la posterior justificación del ingreso básico por su
mayor simplicidad y eficiencia administrativa.
Volviendo al caso
alemán, Stephan Lessenich repasa el debate sobre la reforma de política
social en Alemania, al que califica como atajos y falsos caminos en la
larga marcha hacia el ingreso básico. Señala que en el debate alemán, el
tema central en juego no es la pobreza o la garantía de un nivel de vida
mínimo, sino el tema del empleo, lo que hace difícil imponer la visión de
un ingreso desvinculado del empleo para todas las personas. Según el
autor, resultaría necesario como punto de partida, debilitar la fuerte
ideología del trabajo remunerado que marcó la política social alemana
desde sus inicios constituyendo un legado institucional difícil, pero no
imposible de superar.
También difícil para la propuesta del ingreso
ciudadano, resulta ser el panorama en Dinamarca, según lo descripto por
Eric Christensen y Jorn Loftager, debido fundamentalmente al cambio de
paradigma allí ocurrido desde la universalidad y la pasividad hacia la
focalización y la "activación". Esto es un avance en la dirección
exactamente opuesta a las premisas del ingreso básico, a pesar de lo cual
los autores consideran que esta primera batalla perdida puede ser
recuperada, si se profundizan las contradicciones del discurso hegemónico,
dando lugar a la construcción de un contra-discurso y un
contra-poder.
Una de las experiencias de política emparentadas con
la propuesta del ingreso ciudadano más mencionada en los debates es el
Ingreso Mínimo de Inserción (RMI) francés. Chantal Euzéby se interroga
acerca de las reformas necesarias en este instrumento, entre las que
aparece la posibilidad de transformarlo en un beneficio básico en cabeza
de los individuos. La cuestión que aparece en el debate como preeminente
se relaciona con la manera de alentar a los beneficiarios del RMI, o de
otros programas de bienestar, a volver al trabajo. A este respecto se
propone, entre otras cosas, reemplazar el actual contrato de adhesión por
un contrato de actividad.
Dos artículos cierran el capítulo
europeo. En el primero de ellos Yannick Vandenborght reseña la interesante
experiencia del VIVANT, un partido político belga que consiguió con sólo
dos años de vida y ningún antecedente, una importante cantidad de votos en
diversos procesos electorales, llevando como consigna principal en su
plataforma la implementación de un ingreso básico incondicional. El otro
artículo está escrito por Daniel Raventós y pasa revista al estado del
debate en España, donde la discusión ha excedido los claustros académicos
y se convirtió en un debate social. Los temas centrales de cara al futuro
parecen ser la cuestión del financiamiento y la diferencia de la renta
básica con un impuesto negativo a la renta, lo que se evalúa como positivo
en la medida que implica haber superado ya la discusión acerca de la
justicia de la propuesta.
El libro concluye con una breve sección
latinoamericana. Allí Eduardo Matarazzo Suplicy da cuenta de la evolución
del concepto (de la renta mínima a la renta básica) como instrumento de
combate a la pobreza y a la desigualdad en el Brasil. La revisión tanto
del debate como de los antecedentes de políticas locales existentes,
evidencia las buenas perspectivas existentes en ese país, donde las
principales centrales sindicales, varios movimientos sociales, entidades
empresarias y partidos políticos han apoyado la garantía de renta mínima
para todos los brasileños. Ahora falta implementarla del modo más racional
posible.
Finalmente, Alberto Barbeito y Rubén Lo Vuolo, impulsores
del debate sobre el ingreso ciudadano en la Argentina actualizan el estado
de situación en el país, revisando no sólo los avances en la discusión,
sino también en las propuestas de política: el ingreso ciudadano para la
niñez (presentado como proyecto de ley e incorporado en plataformas
políticas), el salario mínimo de inserción para desocupados promovido
desde las centrales de trabajadores, y las diferentes distorsiones al
concepto de ingreso ciudadano ocurridas en propuestas de políticas
públicas oficiales.
Corina Rodríguez
Enríquez Investigadora Ciepp
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